Prisiones

Queridos hermanos de la revista Según tu Palabra: Me llamo José Luis y soy de un pueblo de Badajoz. El pasado día 3 disfrutaba de un permiso penitenciario y uno de mis hermanos me regaló un ejemplar de la revista. La he visto y leído, pero a mí me gusta leer y meditar la Palabra de Dios muy despacio y rodeado de un inmenso silencio. Me han gustado mucho losSeguir leyendo

¿Cómo estáis? No os he escrito antes, porque no tengo sello. Ya sabéis que no cobro nada. Espero que estéis bien. Sois muy buenas personas, unos trozos de cielo. Yo sigo bien, aquí dentro del infierno. Menos mal que tengo a mi Padre el Dios Todopoderoso. Me quedan 6 meses para la libertad (bonita palabra). Espero veros antes de que me vaya. Todos los días leo la Biblia, la PalabraSeguir leyendo

Durante años, El Cardenal Osoro, actual arzobispo de Madrid, ha recibido la carta de un gran número de personas que permanecen entre rejas para abrir en canal su corazón. Y esas 49 cartas se han transformado en un libro con respuestas y reflexiones que el cardenal realizaba a cada uno de ellos: ‘Mi maestro fue un preso’. Diálogos en Soto del Real es un libro publicado por el Grupo deSeguir leyendo

Hola hermanos y amigos de “Según tu Palabra”: Me llamo Rafa y estoy cumpliendo condena en el C.P. de Ocaña (Toledo). Gracias a Dios la semana pasada llegó a mis manos la revista. Me la dio el párroco del Centro y desde entonces no he parado de leerla. Me parece fantástica. Creo que puede prestarme una gran ayuda, por eso os pido que me la enviéis cada vez que sale.Seguir leyendo

Queridos Hermanos: Me llamo José Miguel, soy de Málaga, aunque cumplo condena en el C.P. de Monterroso ((ugo). Comencé a orar en la Palabra hace unos cuatro años y se lo debo a la hermana Sor Marialuz. Siempre he creído en Dios, pero nunca había conocido la Biblia y lo que Jesús hizo por todos nosotros. Para mí Jesús es como un amigo con el que me desahogo y leSeguir leyendo

La primera vez que fui a la prisión de Bonxe (Lugo), llamada por el Capellán, me quedé fuertemente admirada: los internos podían ir siempre que deseaban a hablar con el capellán para confesar, pedir un consejo o una ayuda de la clase que fuera. Este hombre de Dios, me dijo un día: antes que nada tenemos que ir a visitar al preso número uno. Le dije ¿está en aislamiento? YaSeguir leyendo